La lubricidad sumergida en cloro. Con tal tarjeta de presentación irrumpía el itinerante polaco Jerzy Skolimowski en el panorama británico. 1970, swinging London, Cat Stevens, John Moulder-Brown y, claro, Jane Asher; el consabido tránsito de iniciación sexual nunca fue tan tierno y al mismo tiempo, tan enfermizo.
Ciertas películas, más allá de su contrastada calidad, adquieren validez gracias al poder de fascinación que desprenden. Deep end nos vale como ejemplo.
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