domingo, 24 de junio de 2012

PREVIEW: "THE DARK KNIGHT RISES"


A mes escaso del estreno de la tercera parte de la trilogía de Christopher Nolan sobre Batman la expectación mundial es máxima, pues se trata de la continuación de una de las películas más taquilleras y de mayor impacto en la cultura popular de los últimos tiempos. Pero no se trata sólo de eso, de un espectáculo de superhéroes revientataquillas para pasar la tarde (aunque también es válida para cumplir esta función), sino que también sirve como radiografía increíblemente cercana y certera del tiempo que nos ha tocado vivir: la decadencia del capitalismo tras el paso por su más ostentoso cenit; el despertar de la gente ante el repentino descubrimiento de la cómoda cárcel en la que sus cuerpos y espíritus están atrapados; y la irrupción de una colosal crisis ante la cual la brújula de valores que utilizábamos ha quedado completamente desfasada. Si en Batman Begins el miedo convertido más tarde en furia era el motor de un Bruce Wayne millonario y huérfano que, impotente ante la corrupción y los abusos cometidos en su ciudad, decide convertirse en un agente y símbolo de la justicia más allá del sistema legal, en El Caballero Oscuro esa anomalía en el equilibrio social (o más bien el desequilibrio social) genera la reacción contraria en la figura del Joker, salvaje y retorcido bandido marginal que se hace con el control de una mafia desesperada ante la presencia de Batman y utiliza sus recursos no para enriquecerse sino para dinamitar desde dentro la estructura legal, económica y ética sobre la que se sustenta Gotham City; y más tarde en la del fiscal Harvey Dent, símbolo público del sistema moral que Wayne defiende desde las sombras que acaba tomándose la justicia por su mano aplicando el único juicio que considera real: el juicio del azar. Al final de esta última Batman decide atribuirse los crímenes de Dent para que su nombre quede limpio y la ilusión de una sociedad más justa que este trajo a Gotham no sea destruida tal y como pretendía el Joker. Desde luego no resulta muy difícil encontrar claras concomitancias entre estos personajes y sus acciones y nuestro mundo en su agitado devenir actual.

Realmente poco se sabe del argumento de este punto y final de la trilogía, pues a pesar del considerable bombardeo de trailers y material publicitario este, al igual que el de los filmes previos, se oculta entre los resquicios de una previsiblemente impresionante sucesión de set pieces de acción que harán las delicias del público veraniego de multisalas. ¿De qué trata entonces The Dark Knight Rises? Al parecer del ataque al que el nuevo villano Bane (interpretado por el ascendente Tom Hardy) someterá a una renovada Gotham City limpia de crimen tras el montaje propagandístico que Batman, ahora proscrito por la Ley que defendió, llevó a cabo con la colaboración de su aliado en la policía el comisario Jim Gordon. Es en Bane y su letal enfrentamiento con Batman en lo que más se ha centrado la campaña internacional, a pesar de que se han dejado caer pistas sobre otros posibles temas y líneas argumentales, como el retorno de Bruce a Oriente para re-entrenarse con la Liga de las Sombras que apareció en Batman Begins; la relación romántica del héroe con la hija de Rha’s Al Ghul, líder de la Liga y mentor suyo, fallecido en la primera entrega; la misteriosa presencia de Catwoman, otro personaje icónico del cómic de cuyo papel en la historia no se ha dado prácticamente ninguna pista más allá de una inquietante amenaza susurrada al oído de Bruce Wayne; el papel que jugará Joseph Gordon-Lewit interpretando a un joven policía del que se rumorea puede desempeñar el papel de Robin, el joven compañero de aventuras de Batman, o al menos una versión realista de éste; y, por último, la inclusión nada gratuita de un levantamiento social en toda regla, aparentemente provocado por Bane, de las masas de trabajadores de Gotham City (clase media rebajada a la categoría de pobres) contra la élite política y financiera que controla la sociedad y dicta los pasos que esta ha de seguir. 


En una secuencia filtrada durante el rodaje Bane habla para el público de un estadio de fútbol anunciando que su liberación está próxima, y en otras imágenes le hemos visto asaltando la Bolsa de valores y ajusticiando a sujetos elegantemente trajeados. ¿Quién es Bane y qué pretende? Una cosa que diferencia las cintas de Nolan del grueso del género superheroico es que sus villanos no son simples malvados planos a los que derrotar, sino sujetos que, al igual que el propio Bruce Wayne, han sido víctimas de una sociedad defectuosa y enferma y han decidido revolverse contra ella de la manera que consideran más justa: Rha’s Al Ghul sometiendo la ciudad a una plaga exterminadora destinada a purgar la corrupción y el crimen que la asola, pues considera imposible arreglarla desde dentro; el Joker alterando y dando la vuelta a los planes según los que los poderes legítimos (la policía, los jueces, los políticos) e ilegítimos (la mafia) pretenden programar y compartimentar la vida social; y Harvey Dos Caras castigando a los responsables de su desgracia previo lanzamiento de una moneda quemada al aire, rechazando tanto el proceso legal del sistema que Batman y él mismo defendían como los instintos vengativos primarios e irracionales a los que el Joker le insta a entregarse, y optando en cambio por un punto intermedio entre ambos, entre el Orden inflexible y la Libertad desatada. Así pues, ¿cuál será la motivación e ideología de este nuevo enemigo? A tenor de su origen comiquero (imprescindible leerse Knightfall, la primera serie en la que apareció el personaje) Bane parece una versión amoral del propio Batman, un ejecutor sin piedad que no soporta que personas más débiles que él (a todos los niveles) tengan un poder y una posición que no les corresponde; así pues, podría tratarse de una mezcla entre el Tyler Durden de El Club de la Lucha, espíritu libre y prototipo del superhombre nietzschiano, y el personaje que el mismo Tom Hardy interpretó en Bronson, es decir, un ser salvaje guiado por el instinto de la pura violencia y el amor por la destrucción; una combinación explosiva, vamos. 

Parece muy probable que el cacareado “Rise” del título haga referencia a la actitud de este hombre, revolucionario que llega a Gotham a recordar a sus ciudadanos la fuerza que tienen en su interior, una fuerza que Bruce también trató de recordarles a través de Batman, incitando a la población a que no se dejara dominar por los criminales y corruptos, sin darse cuenta de que él mismo, millonario garante del sistema económico capitalista, podía llegar algún día a ser considerado un criminal, ya que mediante sus acciones legales e ilegales no hace sino perpetuar un sistema enfermo que concentra la riqueza en unos pocos y deja las migajas para el resto; es decir, otra mafia, sólo que esta es lícita y todo el mundo se somete a ella... No debe extrañar entonces que Bane quiera derrotar a Batman, pues este no es sino el más alto defensor de un sistema que, como podemos observar cada día en la prensa, se encuentra en franca y plena decadencia en todos sus niveles. ¿Podrá el Caballero Oscuro, el Señor de la Noche, sobrevivir a semejante convulsión sociopolítica? En menos de un mes tendremos la respuesta.

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