¿Quién es Dario Argento? Cualquier persona que ame el cine debería al menos estar familiarizada con este nombre, aunque seguramente sus certezas acabarán ahí. Los errores, atribuciones y faltas de precisión en torno a este hombre no escasean.
Primer error habitual: Su nombre no se pronuncia Darío Argento, es Dario (con acento en la A) Argento (con la G pronunciada como una Y, que para eso nació en Roma).
Segundo error habitual: No es un director de serie B. En los últimos tiempos, personajes como Tarantino o los ínclitos Balagueró y Plaza han hecho que nombres como Lucio Fulci o variantes tiendan a ponerse de moda entre todos aquellos que quieran hacerse los entendidos o los cinéfilos sin pararse a profundizar. Después desarrollo.
Tercer error habitual: Argento es un formalista, un amante de la forma. Cualquier contenutista de corte fundamentalista puede irse a tomar por culo a partir de esta línea, pues tenderá menospreciar el trabajo de este cineasta.
Cuarto error habitual: Argento, por ser artesano, no está deslegitimado para ser considerado un autor. Su cine nace con la voluntad de ser comercial, sin rodeos, pero no por ello su obra carece de numerosos índices estilísticos que permiten hablar de un verdadero autor, al menos no hasta finales de los noventa.
Dario Argento ha sido, entre otras cosas, el principal director de giallo. ¿Qué es el giallo? El giallo es un género típicamente italiano, una aproximación al thriller con ciertos rasgos estilísticos propios: más allá de una intriga criminal, numerosos asesinatos de corte espectacular-sangriento, giros inesperados de guión, deliberado gusto por el morbo, caracterización estereotípica del asesino (guantes, gabardina, rostro cubierto), ambientación en grandes ciudades italianas… El fundador del género fue Mario Bava, a principios de los sesenta, con La muchacha que sabía demasiado (1962), y Mario Bava, en efecto, era un director de serie B. Pero no por ello Argento habría de serlo: solo hace falta ver el presupuesto bastante holgado de filmes suyos como Profondo rosso, Suspiria, Phenomena u Ópera para darse cuenta de que no se mueve exactamente entre la escasez de recursos, o por lo menos no hasta sus últimos años de carrera.