viernes, 29 de octubre de 2010

"Blog", o las cosas de la edad.

Una de las películas que generó más expectativas antes de su estreno en el Festival de San Sebastián (tan recurrido en este rincón de cinéfagos) fue la ópera prima de Elena Trapé, Blog. Dos razones hacían de este filme una propuesta, cuanto menos, apetitosa: primero, la directora novel procede de la ESCAC, que últimamente nos viene regalando películas muy respetables firmadas por jóvenes con indudable talento cinematográfico (véase el caso de Mar Coll o de J.A. Bayona); y segundo, el argumento, con innegable morbo, basado en el caso de aquellas púberes estadounidenses que decidieron quedarse embarazadas todas a la vez, y que ya inspiró un infumable telefilm que emitió Telecinco. La película de Trapé sigue las peripecias de unas quinceañeras barcelonesas, pequeñas adolescentes, un poco inocentes, un poco estúpidas (cosas de la edad) que deciden acometer el "plan de sus vidas" para escapar de la insulsa cotidianeidad que las rodea.

Lo original de la propuesta es el papel que juegan la web 2.0 y las nuevas tecnologías en la trama. Durante más de la mitad del metraje, asistimos a las confesiones de las pizpiretas protagonistas ante sus web-cam, sus conversaciones vía Messenger o las grabaciones que efectúan con su cámara de vídeo digital. La radicalidad del experimento de Trapé (estética a base de planos fijos, narración contada por los propios personajes, arbitrariedad de las imágenes grabadas por la cámara digital de las niñas...) está bastante bien aprovechada, tanto desde el punto de vista del guión como, y por encima de todo, de las interpretaciones: la naturalidad que alcanzan las actrices en muchas escenas es apabullante, y vence al aburrimiento que es susceptible de transmitir una propuesta como esta. El elenco transmite a la perfección la confusión, miedo, ternura y compañerismo que caracterizan a los personajes (bastante parecidos a sus intérpretes en la vida real, según se rumorea).


Sin embargo, Blog provocó tras su proyección mucha división entre los espectadores. Hubo desde los que la consideraron una película muy estimable hasta los que la vieron como un subproducto sucedáneo de Física o química. La "polémica" se debe, en mi opinión, al giro que da la película en su tramo final. El juego con el punto de vista de la cámara da paso a una narración convencional, y tanto las sugerencias como el tono elíptico desaparecen, con lo cual se impone el típico modo de tratar una historia de adolescentes en situación límite. Pero la mayor virtud que, a mi juicio, hasta entonces había mostrado la película, y que queda muy relegada, es el amplio margen de juicio que permitía al espectador sobre las acciones de las protagonistas. No queda claro si asistimos al proceso de iniciación vital y sexual de un grupo de adolescentes o simplemente a la historia de unas repelentes pijas tontas que tratan de quedarse embarazadas con la única intención de divertirse. La objetividad de los realizadores se pierde al abordar la historia desde un punto de vista convencional, y así, directora y guionistas parecen ponerse de parte de estas adolescentes, con lo cual la trama pierde bastante encanto.

A pesar de ello, la película queda como un intento muy sensible por aproximarse a la pubertad, y su novedoso planteamiento estilístico nos acerca con sorprendente naturalidad a las alegrías, preocupaciones, miedos y soledades de estas chicas. La habilidad de la directora para no caer en la mayoría de tópicos que suelen poblar el cine sobre adolescentes (no creo, por cierto, que este sea un filme para adolescentes) es también muy loable. Las intenciones quedan, según mi parecer, en el aire. ¿Un canto a la inocencia perdida, a la vez que reflejo de las nuevas juventudes, cada vez más compenetradas con Internet y sus formas de comunicación?¿O simplemente un producto típico y tópico, disfrazado de propuesta rompedora, y al que sólo se le puede atribuir una correcta realización? Sea lo que sea, y guste más o menos, recomiendo vivamente su visionado. Apuesto a que no deja indiferente a nadie, lo que no es poco tratándose de una obra de apariencia tan liviana.


Un último apunte. Elena Trapé, en el coloquio que siguió a la proyección de su obra, declaró que cuando leyó la historia de las chicas estadounidenses en la que se inspiraría, le sorprendió el comentario de una de ellas: "Lo que hice lo hice porque quería a alguien que me quisiera". La directora decidió trabajar su historia bajo esta premisa. Si logró o no transmitir esta necesidad (básica para todo ser humano, por otra parte) está en manos de los espectadores decidirlo. Ahí queda.


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